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Un clima paradisiaco, una casa con alberca con abundantes alimentos ofrecidos generosamente. Entro a una bella habitación dentro de una casa en Puerto Vallarta que cumple las múltiples funciones de oficina, una sala de trabajo grupal y estudio de grabación.
Me encuentro con una serie de varones maduros, competentes en sus trabajos y experiencias atractivas.
Algunos han sido veteranos de guerras, otros son especialistas en brindar servicios de salud, otros más son expertos en tecnologías de la información. Vienen de países distantes en Europa y Sudamérica además del país origen de Robert. Todos están convocados a la tarea de trabajar su condición de “nice guys/ chicos lindos”. Es una condición de experiencia varonil descrita por nuestro anfitrión caracterizada por la sensación crónica de insuficiencia que condiciona comportamientos nada lindos, pero que se enmascaran con la búsqueda de complacer a los demás antes que atender las propias necesidades.
Dicha condición hace difícil vivir plenamente, sin sentir vergüenza tóxica y ofreciendo lo mejor de uno para vivir a plenitud las relaciones interpersonales.
El célebre terapeuta que nos recibe es un hombre maduro de barba blanca totalmente calvo con una sonrisa amable. Nos da la bienvenida para un trabajo grupal de varios días.
Estoy motivado por mi necesidad y de los usuarios de mi servicio por tener una posición mas esperanzadora ante la incertidumbre y ambigüedad del rol social que tenemos los varones en el siglo XXI.
La búsqueda de herramientas me condujo por el trabajo con pacientes, lecturas, videos hasta que hallé esta corriente de pensamiento con la que me familiarice: un punto de vista basado en principios de suficiencia, honestidad, autenticidad y conducta que no recree la vergüenza tóxica, que incluye la revisión de la biografía personal y que te permita re armonizarte con tus habilidades y tus fuerzas.
Discutimos en asamblea la responsabilidad con nosotros mismos y los compromisos que podemos hacer para tener una vida de mayor calidad sin buscar depender, o satisfacer a otros primero que a nuestras necesidades esenciales. Un momento conmovedor ocurre cuando se contacta con los fantasmas de los varones importantes en nuestra vida, como nuestros padres.
Los contemplamos a la vista de los adultos que somos ahora, con compasión. La reconciliación con nuestras figuras paternas sirve para dejar de responsabilizarlos a ellos de nuestras obligaciones presentes y experimentar una nueva libertad.
La convivencia con este generoso grupo es agradable, enriquecedora, interesante fascinante y relajante.
Al culminar los trabajos, el doctor Glover decide cerrar con una enorme bocina tocando música hi energy a alto volumen y bailando de esa forma tan particular que pueden tener los originarios de los Estados Unidos cuando están en las playas mexicanas. Es un hexagenario recreando la actitud de un adolescente en spring break. Finalmente, el Dr. Glover es un “nice guy”, pero acepta quien es sin experimentar vergüenza.
Parafraseando a Guillermo del Toro, la definición del éxito es arriesgarte a equivocarte pero en tus propios términos. Pienso que el Dr Glover ha sabido conducirse hacia el sitio, la gente y el trabajo que le hacen disfrutar de su éxito.

 ¿Y tú cómo defines el éxito?

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